Hace unos momentos se fue el sol. La hamaca en una terraza de Madrid me sabe a yate fondeado en el Egeo. No se me ocurre nada que pueda hacer mayor mi bienestar en estos momentos.
Sales de la cocina. Traes cara de venir del centro de África. La típica sonrisa de alguien que acaba de ver las cataratas Victoria. Te rodea el aura de quien es capaz de traducir a cataratas Victoria el ruido del agua del grifo cayendo en un vaso.
- ¿Tú crees que nos aguantará a los 2?
- Añades muy poco peso. ¿Dónde quieres ir?
- Lejos, muy lejos.
Se sienta al lado en la hamaca.
Compartimos un cielo en calma, un sueño, un viaje.
Dicha completa.
Y eso a pesar de que el viento se ha parado y me toca remar.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
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ummmmh!
ResponderEliminarTiene usted "el chip del viaje" puesto.
Venga! a remar.