martes, 3 de mayo de 2005

Leche Condensada

.....Al principio probé a tener leche normal, de ésa que viene en tetra brick. Yo no tomaba muchos cafés pero... por si venía alguien. Y aunque ofrecía cafés muy anfitrión a cuantos músicos pasaban por el estudio, la leche sobraba y acababa por ponerse mala. Busqué las tarrinas pequeñas de leche sintetizada que dan en los aviones, pero no las encontré. Al final me decanté por una propuesta del mismísimo lucifer en persona: leche condensada azucarada.
Cuando yo era pequeño, la leche condensada La Lechera vaciaba las consultas de los psiquiatras. Niños y mayores tomaban esa delicia y ya no les hacía falta nada más para ser felices. Las amas de casa lo combinaban con anís del mono y... entonces si que iba bien España, no ahora.

.....Mi hermana era adicta. Una niña flacucha que no comía nada pero que atacaba la nevera en cuanto mi madre se despistaba. Además, tomar leche condensada al asalto era peligrosísimo entonces, porque el envase era una lata y te podías cortar la lengua con el borde afilado, o incluso clavártela en la frente si te obcecabas en apurar el culillo. La leche condensada se deslizaba sinuosa desde el fondo de la lata como una actriz de Hollywood bajando unas escaleras sobre una alfombra roja: haciéndose desear. Y tú ahí, estirando la lengua y mirando de refilón por si aparecía mamá.

.....Mi madre era una buena madre que comulgaba con las más modernas teorías sobre la rehabilitación de toxicómanos y pensaba que, mejor que retirarnos la droga de golpe debía evitar los peligros de cortes en la cara que podía conllevar su consumo. Así que mamá practicaba un agujerito con el abrelatas en vez de abrir toda la tapa y mi hermana podía succionar sin peligro. Qué gran día aquel en que descubrimos que haciendo un segundo agujerito en la parte de arriba caía más. Yo no era muy goloso entonces, me he ido haciendo con los reveses de la vida, pero reconozco que algún lingotazo si que le daba al botecito.

.....Los tiempos han cambiado pero la leche condensada La Lechera sigue siendo un caprice de dieux. La sociedad actual la ha demonizado como casi todo aquello que da gustito y es barato. El colegio de psiquiatras sobornó a los dietistas para que hicieran campaña contra ella, querían recuperar la clientela. Y los dueños de la marca tuvieron que mejorar el diseño. Ahora el bote se puede almacenar boca abajo y así, cuando quieres tomar, no hace falta esperar a que caiga. La velocidad de chorro es regulable por apretón, porque el bote es de plástico flexible. Tiene un avanzadísimo sistema antigoteo. Y, esto es una concesión a los estrechos, contiene 250gr en vez del kilo habitual. Pero este inconveniente se soluciona comprando cuatro botes.

2 comentarios:

  1. Y hasta han sacado una "light"...

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  2. Que guay, me he recordado hace 30 años, en la cocina de mi casa. Esto del recuerdo es mágico, convierte un mal día en una promesa.

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Mudanza

Han pasado 7 años y pico desde que nació a2manos . Y ha sido una de las experiencias más emocionantes de mi vida. Auténtica, arriesgada...