Fue anoche. En la Cava de San Miguel.
Volvía hacia mi coche. Empecé a canturrear una coplilla. "Me lo dijeron mil veces..." De alguna ventana, abierta a la calle y al verano, salió la misma melodía. Estaba cerca. Pero no me volví a buscar de dónde venía, en parte por timidez, en parte por no romper el instante. Algo me hizo pensar que si la encontraba dejaría de sonar, de la misma manera que se cierran los sueños al abrir los ojos. Caminaron las voces juntas hasta el final de la primera estrofa, en la esquina de Maestro Villa. Dos gatos husmeaban la basura. Una pareja se besaba en un Opel Corsa azul oscuro. Los tunos se despedían después de repartirse unas monedas...
Fue anoche. En la Cava de San Miguel.
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Hace frío. Pero el cielo está naranja , como a ella le gusta. Baja la bolsa de basura antes de que pase el camión. Cierra el cubo gris . Mir...
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consternación de sobras, dolor en abundancia días inquietos y noches insomnes siempre peleando con todo tu corazón y tu alma para no fracasa...
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" Un actor tiene que establecer una triple relación: con él mismo, con su compañero y con el público " Lo dice Peter Brook . Lo cu...
Hacía mucho calor, no podía dormir, mi ventana daba a la calle. La tenía abierta a la noche, y a una primavera, que aunque añoro, ya pasó.
ResponderEliminarDecidí levantarme y poner algo de música.
"y sin embargo te quiero" pensé...
La canción comenzó a sonar:
...Me lo dijeron mil veses,
más yo nunca quise poner atensión...
y cuando intentaba acomodarme para escucharla, me pareció oir a través de mi ventana, como en un susurro, que alguien tarareaba la misma tonada.
Me asomé lentamente, pero aquella voz se apagó; mientras tanto, dos gatos husmeaban las basuras.
Fue anoche. En la Cava de San Miguel.
...Te quiero más que a mis ojos,
te quiero más que a mi vía......
¿Cava de San Miguel? ¿Pero no era una cerveza?
ResponderEliminarÉl se dio cuenta que sin embargo la quería. Justo en la Cava de San Miguel, al doblar aquella esquina.
ResponderEliminarNo quiso enterarse de que tres balcones más arriba, él también la quería más que a su sombra.
Sólo unos ojos más abiertos hubieran advertido que ella regalaba sus deseos a un cuerpo ajeno. Estaba allí mismo, en un pequeño coche azul oscuro.
De haberlo sabido antes... hubieran acabado emborrándose juntos.
Anonymousquesabeescribircuantró, qué alegría me da saber que sigues aquí.
ResponderEliminarPor cierto:
QUEDAN 418 VISITAS PARA QUE NOS VAYAMOS DE FIESTA.