martes, 29 de noviembre de 2005

Cuando me pongo trascendental...

...la cago.

Lo tengo más que comprobado. Me pongo autárquico, autista, autonomásico y me bloqueo creativa y emocionalmente. Si me pongo trascendental un rato, no pasa nada. Si es de noche -una conversación filosófica, una copita de ron...- normalmente se me pasa durmiendo. Me levanto con la boca agria, asquerosa o con un nudo en la garganta, de corbata; pero con un enjuague y un respirar fuerte... adiós. Lo malo es cuando se me cruza una decisión, un trabajo importante, o una hormona que no tengo controlada: una prueba. Entonces me reconcomo durante varios días: que si voy a dar la talla, que si no. Y en vez de expandirme, me involuciono... y entonces: la cago. No de golpe, la voy cagando poco a poco, lo noto. Y tengo que cortar por lo sano, echarme una buena bronca, llamarme pedante y gilipollas con elle y hasta gilipoyas con y griega. Además ocurre que el tomarme muy en serio, a mí me deja baldao (baldado me suena muy mal lo siento).

Todo esto para contar que he pasado unos días trascendente, o trascendental (no sé), yo creo que en parte porque se me rompieron las gafas. Sí, para mí que ése fue el detonante. Y en los días trascendentes me ponía a escribir en el blog y me salían unos churros... unos churros tremendos, así como dorados, y con adornos, churros floreados ¡¡terrible!!. Y luego se me estropeó la conexión de las narices (quiero decir ONO, antes Auna, antes Wanadoo, antes Retevisión; menudo morro). Pero esta mañana, a raiz de esnifar tennconbioalcohol, sí, el tufillo sanitario revitaliza, me he dicho cuatro cositas a voces y se me ha pasado. Lo he hecho utilizando la fregona. Le das la vuelta y te queda una rubia flaca, bajita y muy temperamental. Rubia de bote, claro. La dejas que te insulte con vehemencia, que te ponga los puntos sobre las íes, que te diga lo que no quieres oír, y luego la das la vuelta, la metes en el cubo, la escurres y a frotar. Habitación, cocina, pasillo, baño. En silencio, con método. Y así poco a poco te vas reconstruyendo y te ubicas en el universo. Como una motita, que es lo que eres, y ya puedes hacer lo que te apetezca, y reírte y pensar y sentir sin trascendencias, y tener todas las dudas y contradicciones y dudas (esto creo que ya lo he dicho pero no está de más) que quieras porque como eres poco más que un átomo a nadie le va a importar. Y el mundo que lo salven otros. Uf, que alivio.

Ya estoy, otra vez aquí.


3 comentarios:

  1. qué mal estamos!... coño, si ayer estuve limpiando puertas e interruptores de la luz.

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  2. Si yo tuviera una escoba...

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  3. No te quejes, peor lo tiene la fregona. Seguro que te cebaste con ella, la retorciste el cuello, y la metiste de cabeza en el cubo lleno de agua sucia.

    La pobre...

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Han pasado 7 años y pico desde que nació a2manos . Y ha sido una de las experiencias más emocionantes de mi vida. Auténtica, arriesgada...