lunes, 11 de febrero de 2008

Otoño

Guardo un puñado de cartas que no mandé.

Las miro ahora y me admira qué rápido se hacen viejas y se secan.

A la vez me sorprende con qué nitidez son capaces de reflejar aquel sentimiento.

Yo no dejé que se posaran en tu corazón. Y tú tampoco.

Me voy, justo hoy que presiento que el otoño no va a perdonarme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Muchas gracias por comentar!

Escribiendo en la cama

Estoy escribiendo en la cama. Tú duermes. Hace mucho calor esta primera noche del verano. Es por eso que has apartado la colcha de un...