Se le fueron los pies hacia el bullicio.
Quiso beber de los neones, confundirse con otros cuerpos sudados.
Meter los dedos en el enchufe que es la ciudad de noche.
Vailar.
Se quedó asomada al balcón como un suicida indeciso.
Viendo como se apagaban los colores y se abría una página doble en blanco y negro.
Quiso estar desnuda como la luna, o quizá ya lo estaba.
Bolar.
Me ha encantado, me recuerda a un poeta con el que tomé una cerveza ayer.
ResponderEliminarPor cierto, no nos mintais tan descarado con la fecha del post, este lo habeis publicado hoy dentro de una hora