Oigo el viento golpear contra la ventana. Llueve con fuerza. No abro los ojos. Son las cuatro y pico de la mañana. Lo sé porque es a las cuatro y pico de la mañana cuando suelo dar un paseo por la cama: me giro hacia la derecha, luego hacia la izquierda y otra vez hacia la derecha para regresar a la posición inicial, que nunca debía haber abandonado. No abro los ojos, digo, y empiezo a contar las gotas y a imaginarla bajo la tormenta, le hago fotos, ponte así, amor. Estiro un pie en busca de su calor. Una mano.
Un recuerdo me cruza por la cabeza y se moja. Era un recuerdo de verano y no llevaba gabardina. La lluvia lo pilló a traición. Lo echo. La elijo a ella. Le hago fotos. No abro los ojos. Escucho el ruido del agua contra el suelo. Me llega el olor a humedad. Ponte así, amor, levanta los brazos, juega con el agua.
Hay recuerdos insolentes, recuerdos que dejan de serlo de pesados que se ponen. Cogen una silla y se instalan allí sin pedir permiso. A ella la veo sentada allí, a la puerta del cine, leyendo el periódico mientras me espera. La veo a través del vaso de cerveza. El sol a su espalda. Me gusta su boca.
Abro los ojos. Miro el reloj. Sí, son las cuatro y pico. Llueve. ¿Me pongo calcetines o no?
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
miércoles, 7 de septiembre de 2005
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Escribiendo en la cama
Estoy escribiendo en la cama. Tú duermes. Hace mucho calor esta primera noche del verano. Es por eso que has apartado la colcha de un...
-
Ayer fue miércoles toda la mañana: por la tarde cambió, se puso casi lunes, (...) Ángel González (Lo mandó Lomix . Gracias)
-
Me he levantado esta mañana contento. Cantando cosas del Dúo Dinámico que debieron quedar fosilizadas en los rincones de la memoria como pe...
-
Hace un tiempo que me preocupa una duda: ¿estáis ahí? Supongo que sí: el contador sigue creciendo pero... hay muy pocos comentarios. No es q...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Muchas gracias por comentar!