Llámame para reír, para volar, para coger la vida por los cuernos. Llámame para inventar, para escribir, para cambiar. Llámame para vestirnos de colores y desnudar al sol nuestros cuerpos.
Pero no me llames para pensar, ni para ir de tapas a bares de tristezas. No me llames para ir a entierros, ni para velar, ni para esperar, ni para dar lo viejo por cierto, ni para guardar.
Llámame para gastar.
No me llames para mirar cielos grises. No me llames, por favor, para que te acompañe en el negro.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
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ResponderEliminarLlámame para dejarme KO
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