Marca un número de téléfono, le contestan.
- ¿Diga?
- Desde que me dijiste que no tenía posibilidades han pasado ¿8? ¿10? ¿15 días? Y en este tiempo no te he llamado ni te he puesto mensajes. Casi no me he acordado. No está mal, digo yo. Pero hoy, ahora... recaigo. Está bien, me permito esta debilidad y luego sigo olvidándote silenciosamente ¿vale?.
- Vale
Cuelga el teléfono sin prisa. Uf, mucho mejor.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
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