Hay que subirse a un autobús de vez en cuando. A mirar cómo corren las farolas y lo quieto que se queda el adolescente.
Hay que entrar en el metro para descubrir que, una y otra vez, aparece la luz al final del túnel.
Me gusta tener dos o tres libros empezados a la vez. Me gustan los gorros y los pendientes.
Quizá lo más difícil sea decir notequiero. Lo más doloroso, escucharlo.
Antes de que se me terminen los calzoncillos pondré la lavadora.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
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Estreno mi relación con el trasporte público, y espero descubrir la belleza que encierra. Gracias por indicar posibilidades de disfrute a estar apretujado por extraños, sin poder cantar mientras vas a trabajar, y teniendo serias dificultades para mantener un libro abierto.
ResponderEliminarEs curioso puede no ser tan malo ir en trasporte público, y puede que lo difícil y lo doloroso tan poco sea tan malo.
qshdxmj, me ha dado error, joder.
Yo compartía esa afición por mantener la lectura paralela de tres o cuatro libros...hasta que me di cuenta de que cantidad no equivale a calidad...ahora prefiero leer sólo un libro...me cueste lo que me cueste..
ResponderEliminarAgur.
la lectura paralela es un placer recién descubierto. (9 libros están en mi mesilla. Novelas (3), viajes (1), narraciones cortas (2), poesía (1), historia (1), teatro (1)... El metro no es un placer, es una tortura. El autobús mola más, si va vacío. Los sombreros sí. Los pendientes no.
ResponderEliminarqffhhz
Yo también soy de las personas que tienen varios libros empezados en la mesilla, más de cuatro o cinco.
ResponderEliminarCada uno tiene su momento.
Hay momentos para un poema, un dardo de Lázaro Carreter, un capítulo de las Mil y una noches o de una novela, un relato...
No se puede leer sólo un libro a la vez.
El día tiene muchos momentos distintos. No puedes estar un día sólo haciendo el amor o comiendo o viendo una película o jugando al parchís ¿O sí?
Cuantró estoy contigo, yo también soy de varios. Mi ex no lo entendía. Por eso... y otras cosas es mi ex.
ResponderEliminarYo no tengo mesilla. En en vez de eso, junto a mi cama, hay un darbuka (tambor de origen árabe), sobre el cual no cabe más que un despertador y un libro de bolsillo. Aún así, suelo empezar varios libros a la vez y, a veces, no termino ninguno.
ResponderEliminarLo mismo me ocurre con la música. No recuerdo cuando fue la última vez que escuché un CD entero.
También, a veces, se me terminan los calzoncillos antes de poner la rladavoa.
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