lunes, 25 de abril de 2005

Oficios Fascinantes (III)

Ayer estuve en el zoo. El zoo, un domingo por la mañana, es un sitio increible donde las bestias llevan a sus crías a pasear, les atiborran de helados y les hacen fotos con otros animales detrás. Los fosos están para proteger a los inquilinos, nunca a los visitantes. No vi ninguna conducta agresiva en ningún bicho (una pena, la verdad) y en cambio sí vi a niñas de cuatro años intentando golpear a un pavo real. Y madres envenenando a los perritos de las praderas con chorizo de Pamplona untado con Tulipán.

Pero no venía a hablar de esto.

Yo de mayor quiero ser Pedicuro de Elefantes. Por varias razones. La primera, porque sólo hay dos en todo el zoo -elefantes, quiero decir-. Ser pedicuro de gacelas no me interesa tanto. Al no tener más que un par de clientes el horario tampoco debe ser como para deslomarse. En segundo lugar, porque al pedicuro, tengo entendido, se le cuentan muchas más confidencias que al peluquero. Porque muchos seres se relajan cuando les tocan la cabeza, y sueltan la lengua; pero... ¿quién no se relaja cuando le tocan los pies?. Dicen que los elefantes no hablan. Normal, ¡porque les cuesta mucho relajarse! pero, con un masajito...

...-Me encantaría que me pintaras las uñas como las llevan esas mulatas orondas que vienen a verme. Que da envidia sólo verles asomar los dedos en las sandalias. Sí, rosa fucsia. Estoy harta de los grises y los pardos. ¿Camuflarme, camuflarme? Dónde me voy a camuflar yo en esta cochina parcela. Y ¿para qué? si no se me ha acercado un depredador en veinte años. Píntame las uñas de fucsia, mi amoool.
...-Pero Jenny, ¿tú sabes cuántos botes de esmalte tendría que comprar para hacerte una sola pata?
...-Con Titanlux mi niño. Eso sí: como tú sabes, brochita fina.

Y así se podría saber cuál es la elefanta sin tener que levantarle la falda. Y mejoraría su relación de pareja porque le daría vidilla.
Los elefantes tienen, porque la naturaleza les ha hecho así, una sonrisa perenne en la boca, y una tristeza profunda en los ojos, y los vellos del lomo de punta, como si les vivieran dentro inciertas emociones. Yo, de mayor, quiero ser Pedicuro de Elefan... -tas. Tocarles los pies, pintarles las uñas de rosa. Darles gustito y dejar que me cuenten.

7 comentarios:

  1. Empezamos nueva serie.

    Mano que toca, se que has sido tú el que has escrito esto, porque cierto día que estabamos borrachos, (tú más), me contaste todo -lo de la elefanta-.

    Además sé que tienes una foto de la mano de la elefanta.
    ¡ fetichista !

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  2. ...pero no era que la mano que toca NUNCA se emborracha?
    Nos tienes engañados!!!!

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  3. Cierto es, que la mano que toca nunca se emborracha, pero aquella noche no estabamos borrachos de alcohol.

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  4. Es mano que toca sin duda. Y seguro que con las pista que ha dado te miro y no estás aquí el poeta ya sabe quién eres, o ¿piensas que se emborracha así muchas veces?.

    Parte del juego es que ellos no sepan quienes somos nosotros ¿no os parece?

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  5. esta vez te has pasado con el pintauñas...

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  6. Es la mano que toca. Y si que se emborracha. Poco, para qué vamos a mentir. Aqui hay mas de un ser humano que ha compartido borrachera con el. Pensé tener ese privilegio yo, pero esta visto que no. No se si alegrarme o preocuparme.

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  7. ¿con qué se emborrachan las manos?

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Mudanza

Han pasado 7 años y pico desde que nació a2manos . Y ha sido una de las experiencias más emocionantes de mi vida. Auténtica, arriesgada...