jueves, 14 de abril de 2005

Post-feminismo femenino

El domingo, un día espléndido para pasear por el Retiro, sin ir más lejos, comí con dos amigas. Una tercera se sumó a los postres. La conversación derivó hacia esa actitud un tanto agresiva que los hombres, bien cantemos, bien escribamos, detectamos últimamente en las mujeres. Dos horas y media de charla no sirvieron para nada. Quizá sí, pero más bien para poco. Mejor hubiera estado en un Starbucks hablando solo. Pero... dos días después, pasada la medianoche, oí a una escritora decir en una entrevista que ella se declaraba post-feminista femenina, que le encantaban que le dijeran que estaba muy buena, que eso no era machismo ni nada, y que entendía que fuera una feminista una mujer subyugada, pero no una parisina, no una londinense, no una-mujer-del-primer-mundo liberada. Claro, que a lo mejor Madrid no es el primer mundo. ¡Lo dijo ella! A mi no me pidan cuentas. Además, he de decir que es la mujer a la que mejor sientan los vaqueros. Y pasa de los cincuenta. Seguro. Y yo no, tú que te crees.

3 comentarios:

  1. ¿Una conversación sólo sirve cuando te dicen lo que quieres escuchar? Y más importante, ¿ha de servir?

    ResponderEliminar
  2. No sirvieron para llegar a ningún punto de acuerdo. Cualquier otra conclusión, háztela mirar.

    ResponderEliminar
  3. Bueno, ya está bien, no nos vamos a poner ahora a compadeceros, bastante nos hemos compadecido ya de nosotras. Cada uno que se curre su puesto, que al final, nada hay más cierto que aquello de que el tiempo pone a cada uno/a en su sitio

    ResponderEliminar

¡Muchas gracias por comentar!

Escribiendo en la cama

Estoy escribiendo en la cama. Tú duermes. Hace mucho calor esta primera noche del verano. Es por eso que has apartado la colcha de un...