Hace tres días, en la carretera de líneas rectas, pensé en que la historia de una persona se puede escribir con números. Me gustan los números. No mienten. La mía es esta:
1185, 7910585, 801, 7910474, 5/12/76 (un día luminoso que apuntaba calor desde temprano), 6/12/76 (un día lluvioso que apuntaba un panorama gris). 10, 5, 1979, 1982, 16, 1986, 22, 1989, 1992, 2, 1998, 44, 1999, 3, 2001, 4... Podría seguir. Pero no sé si hay final o los números son infinitos.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
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Escribiendo en la cama
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¿La mano que escribe ve cifras y letras?
ResponderEliminarMano que escribe, ¿de verdad crees que los números no mienten? Todo miente, es tu cerebro el que lo interpreta a su antojo, incluso los números.
ResponderEliminarAquí dudo, pero me inclino más por la mano que escribe.
ResponderEliminarPerdón, rectifico:
ResponderEliminares la mano que toca y además sabe matemáticas
Vuelvo a rectificar, es la mano que escribe
ResponderEliminarA ver si nos centramos un poquito, te miro y no estás aquí.
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